Casos reales
Incluso nosotros esperamos que nadie se vea nunca obligado a usarla, pero sabemos que, desgraciadamente, existe la posibilidad de que algún día tengamos que hacer uso de la balsa salvavidas.
Por suerte, y dentro de lo malo, aún nos quedan algunos casos reales que demuestran que la obligatoriedad de llevar balsas debidamente revisadas a bordo no es un capricho sino una cuestión de vida o muerte.
Repasemos algunos de los más conocidos:
Una balsa Duarry salva la vida de 13 personas de un yate hundido frente a las costas de Miami
Una balsa salvavidas DUARRY y una moto acuática fueron las herramientas con que los equipos de salvamento pudieron sacar las trece personas a bordo de un yate que se hundió la noche de el pasado lunes 25 de enero en Fort Lauderdale, Florida, Estados Unidos. Afortunadamente no hubo ningún herido entre los seis pasajeros, los seis tripulantes y el capitán de el Serena III, una embarcación de 106 pies de eslora.
La llamada de emergencia se hizo antes de las 6 de la tarde de el lunes, informando que la embarcación empezaba a llenarse de agua. Unas dos horas más tarde el yate se había hundido completamente. Los hechos tuvieron lugar a 13 millas de la costa, una distancia relativamente cercana que facilitó el rescate, según señaló Tim Morgan, capitán de salvamento marítimo.
Las causas del accidente parece que fueron problemas mecánicos aunque los guardacostas siguen investigando.
Este es el relato de los hechos emitido por la cadena CBS Miami:
Y este es el vídeo del rescate, facilitado por los guardacostas de Estados Unidos:
La llamada de emergencia se hizo antes de las 6 de la tarde de el lunes, informando que la embarcación empezaba a llenarse de agua. Unas dos horas más tarde el yate se había hundido completamente. Los hechos tuvieron lugar a 13 millas de la costa, una distancia relativamente cercana que facilitó el rescate, según señaló Tim Morgan, capitán de salvamento marítimo.
Las causas del accidente parece que fueron problemas mecánicos aunque los guardacostas siguen investigando.
Este es el relato de los hechos emitido por la cadena CBS Miami:
Y este es el vídeo del rescate, facilitado por los guardacostas de Estados Unidos:
Cuatro pescadores, rescatados de una balsa salvavidas
El Safrán, con base en el puerto lucense de Celeiro (Viveiro), se hundió en la noche del sábado a unas 35 millas de San Sebastián. Cuatro de los seis tripulantes fueron rescatados por un pesquero próximo, Os Merexos, que los recogió de las balsas salvavidas a las que lograron saltar cuando el Safrán se inundó, volcó y quedó proa al sol (aunque finalmente acabó tragándoselo el mar).
Los cuatro rescatados, del Safrán llegaron a la localidad cántabra "bien" desde el punto de vista físico, pero "muy apesumbrados y preocupados" por las "durísimas" circunstancias que vivieron tras el hundimiento de la embarcación.
Los cuatro rescatados, del Safrán llegaron a la localidad cántabra "bien" desde el punto de vista físico, pero "muy apesumbrados y preocupados" por las "durísimas" circunstancias que vivieron tras el hundimiento de la embarcación.
Naufragio en Vigo
Los cinco supervivientes del 'Mar de Marín', cuatro tripulantes de esta localidad pontevedresa y un biólogo natural de Ferrol, consiguieron subirse a una balsa salvavidas tras producirse, de madrugada, el impacto con el mercante 'Baltic Breeze' que ocasionó el hundimiento del barco en pocos minutos, a la entrada de la ría de Vigo.
Durante el traslado a sus casas, sobre las 5,00 horas, los supervivientes, "abatidos y muy asustados", relataron que "todo fue muy rápido". "Muy poco después de que se produjera el impacto, el buque zozobró", según ha trasladado el armador. Mientras ellos cinco lograron subirse a una balsa, los otros cinco "se perdieron" el caer al agua, indicaron.
Durante el traslado a sus casas, sobre las 5,00 horas, los supervivientes, "abatidos y muy asustados", relataron que "todo fue muy rápido". "Muy poco después de que se produjera el impacto, el buque zozobró", según ha trasladado el armador. Mientras ellos cinco lograron subirse a una balsa, los otros cinco "se perdieron" el caer al agua, indicaron.
1976: la entrada de año más trágica
La Navidad había sido perfecta. El trayecto era tranquilo, hasta que llegó el 30 de diciembre. Ese día no pasó inadvertido, al menos para los 32 tripulantes del barco. Tres explosiones terminaron con el entonces carguero más grande del mundo en solo tres minutos. Los 315 metros de eslora y 50 de manga quedaron bajo el agua, con dos únicos supervivientes: Imeldo Barreto y Epifanio Perdomo.
Los dos tinerfeños naufragaron en una balsa salvavidas esperando que algún día los encontraran. Tras 20 días a la deriva, fueron rescatados: el 18 de enero de 1976. Hoy, 38 años después, la historia vuelve a tener vida de la mano de Víctor Calero, director lagunero del documental Los náufragos del Berge Istra, y en memoria de todos los fallecidos en ese buque. Es un proyecto para no dejar en el pasado lo que Imeldo y Epifanio siempre recordarán.
Los dos tinerfeños naufragaron en una balsa salvavidas esperando que algún día los encontraran. Tras 20 días a la deriva, fueron rescatados: el 18 de enero de 1976. Hoy, 38 años después, la historia vuelve a tener vida de la mano de Víctor Calero, director lagunero del documental Los náufragos del Berge Istra, y en memoria de todos los fallecidos en ese buque. Es un proyecto para no dejar en el pasado lo que Imeldo y Epifanio siempre recordarán.
El navegante solitario
El navegante solitario Steven Callahan naufragó en 1982 mientras cruzaba el Océano Atlántico rumbo a la Antigua. El “Napoleon Solo” era un barco de diseño y construcción propia de tan solo 6,5 metros de eslora. El 29 de enero, durante una pequeña tormenta, el barco sufrió una colisión con una ballena que llevó a que el “Napoleon Solo” se hundiera inevitablemente en medio del Océano Atlántico. Antes de hundirse el barco, Callahan tuvo el tiempo suficiente para poder hinchar la balsa salvavidas y meter a bordo algo de equipo de emergencia.
La balsa salvavidas, ayudada por los vientos alisios y por la Corriente Ecuatorial Sur, recorrió más de 1.500 millas a través del Océano Atlántico durante 76 días de pura supervivencia. El 20 de abril de 1982 consiguió divisar el horizonte de la Isla de Marie Galante, al suroeste de Guadalupe y con la ayuda de un pescador finalmente pudo llegar a tierra.
La balsa salvavidas, ayudada por los vientos alisios y por la Corriente Ecuatorial Sur, recorrió más de 1.500 millas a través del Océano Atlántico durante 76 días de pura supervivencia. El 20 de abril de 1982 consiguió divisar el horizonte de la Isla de Marie Galante, al suroeste de Guadalupe y con la ayuda de un pescador finalmente pudo llegar a tierra.
66 días de supervivencia
La pareja norteamericana William Butler y Simone Butler vieron como su embarcación “Siboney” de 38 pies de eslora se hundía el 15 de junio de 1989 a 1200 millas al suroeste de Costa Rica después de colisionar de noche contra un grupo de ballenas.
Bill y Simone Butler pudieron sobrevivir a bordo de su balsa salvavidas durante 66 días. Racionando la comida que llevaban a bordo pudieron alimentarse durante los primeros 30 días, el resto tuvieron que sobrevivir a base de pescado crudo, una tortuga que cogieron con sus propias manos y tres litros de agua diaria que podían hacer gracias a su potabilizadora portátil. 66 días después Bill y su mujer fueron rescatados por una patrullera de Costa Rica a tan solo 13 millas de la costa.
Bill y Simone Butler pudieron sobrevivir a bordo de su balsa salvavidas durante 66 días. Racionando la comida que llevaban a bordo pudieron alimentarse durante los primeros 30 días, el resto tuvieron que sobrevivir a base de pescado crudo, una tortuga que cogieron con sus propias manos y tres litros de agua diaria que podían hacer gracias a su potabilizadora portátil. 66 días después Bill y su mujer fueron rescatados por una patrullera de Costa Rica a tan solo 13 millas de la costa.